"...Se hincó y dijo la frase ritual "Bendígame padre, porque he pecado". El cura se asomó y le dijo "Ah, eres tú". La metió dentro y la sentó en sus rodillas. La víctima continuó contando al padre sus pecados, pero él la abrazó y la besó en los labios. Tras cerrar la puerta del confesionario, la besó de nuevo y comenzó a acariciarle los pechos. "Puso mi mano dentro de su bolsillo y me obligó a tocar su pene"..."
Lo más simpático del tema es que después de que la joven le contara sus pecados el cura le impuso como penitencia que rezara 10 avemarías.
Publicada por 20minutos
Debe tratarse de un caso "aislado"...
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